¿Qué son los ETFs y por qué son populares?
Cuando empieces a invertir por primera vez probablemente en cuestión de minutos te encuentres con la palabra ETF. Un ETF es un instrumento de inversión muy extendido. Te explicamos su significado y por qué deberías considerar de comprar uno.
¿En qué consisten?
Un ETF (Exchange Traded Fund) o, en español, Fondo cotizado en bolsa, es un instrumento de inversión que replica automáticamente un índice de bolsa u otras clases de activos, como divisas y materias primas.
Su operativa cotiza como una acción normal, eso explica que los puedas vender y comprar en horario normal (de 9 a 5 de la tarde). También explica que su precio pueda oscilar, así que, te recomendamos que sigas de cerca sus subidas y bajadas.
¿Cómo compro los ETFs?
Lo puedes hacer a través de un bróker como DeGiro, con el que abres una cuenta de inversión (o cuenta de valores) y, a continuación, tú mismo podrás seleccionar los ETFs que quieras.
Los ETFs cotizan en la bolsa de valores y, a través de la página de DeGiro, entre otras, podrás acceder a ella. Por ejemplo, puedes elegir un fondo que reproduzca el índice AEX o el S&P 500, un índice para las acciones estadounidenses. Pero también puedes comprar ETF que sigan los movimientos de una determinada región, como Asia o, un sector especial como la tecnología o, incluso, materias primas como aceite, metales preciosos o soja.
Popular desde la crisis
El nombre ETF se utilizó por primera vez en la década de los noventa del siglo pasado en Estados Unidos.
Sin embargo, no fue hasta finales de la crisis financiera que los ETFs se convertirían también en Europa en una herramienta de inversión muy utilizada. De hecho en España, los ETFs se están utilizando mucho, entre otras cosas, como vehículo de inversión para la jubilación. Un fenómeno creciente que se extiende entre aquellos inversores con un poco más de experiencia con el tema.
¿Cuáles son los beneficios de los ETFs o Fondos Cotizados?
Invertir en ETFs o Fondos Cotizados tiene algunas ventajas importantes.
1. Buena diversificación
En primer lugar, tu inversión está bien distribuida en diversas empresas, países y sectores. No cometes imprudencias ni tomas grandes riesgos.
Y, además, si decides comprar más ETF, los puedes distribuir de manera muy específica. Por ejemplo, comprando un ETF para acciones europeas, uno para tecnología y otro para metales preciosos.
2. Bajos costes
En segundo lugar, los costes de este tipo de producto financiero son menos elevados que los de los fondos tradicionales, ya que, éstos últimos requieren una gestión más activa por parte del administrador y, por consiguiente, más cara. Esto reducirá considerablemente la rentabilidad del fondo tradicional (entre 1,5 y 2% de tu inversión anual). El rendimiento de un ETF, al no tener apenas costes, se resentirá menos (0,5%) que el de un fondo tradicional.
3. No es difícil elegir
Con una sola compra, inviertes en cientos o, quizás, incluso en miles de empresas, sin tener que preocuparte por el bajo rendimiento de una de ellas o por no disponer de los conocimientos de un analista.
Tampoco tienes que componer una cartera de valores tú mismo.
4. Inversión favorable a largo plazo
Quizás la ventaja más importante es la más obvia: obtienes el mismo rendimiento que el índice replicado.
Hay estudios que demuestran que en un período de cinco años solo un fondo de inversión consiguió mejores resultados que el mismo mercado de valores.
La inversión en ETFs puede ser una estrategia inteligente a largo plazo, especialmente para la gestión de activos.
¿Qué desventajas tienen los ETFs o Fondos Cotizados?
Aunque son relativamente baratos, los ETF no son gratuitos. Una parte de tu inversión y/o rendimiento se destinará a los proveedores de estos productos.
Con ellos no te convertirás en accionista de una o múltiples empresas ni tampoco te garantizará una fiesta continua, ya que, su valor oscilará siguiendo el ritmo del mercado.